El Medievo fue, sin lugar a dudas, la era de los símbolos, de la lengua secreta de los pájaros, donde las imágenes hablaban más allá de las palabras y los arquetipos danzaban en el aire como entidades vivas. En este tiempo, el simbolismo no solo decoraba los márgenes de los textos, sino que también definía el camino del iniciado, marcando el ritmo de la existencia con la profundidad de su lenguaje oculto.
En las crónicas medievales que nos hablan de la fundación de la Orden del Temple, se nos revela una secuencia de números que no es mera casualidad. El Temple nace en 1118, el número 9 que se desprende de la suma de esos dígitos (1+1+1+8), no es solo un accidente matemático, sino un símbolo profundo y cargado de significado. Fundado por 9 caballeros, la Orden da sus primeros pasos en un ciclo que se teje alrededor de la cifra 9, un número que, en el misticismo y en la Cábala, se asocia con la culminación de un proceso, con el cierre de un ciclo antes del regreso al Uno, al origen.
Estos primeros caballeros, que se ocultan en la penumbra de la historia durante 9 años, no solo estaban esperando, sino completando una iniciación, un ciclo oculto que los prepararía para el momento en que emergieran con un poder renovado. Al salir de las sombras, estos templarios no solo surgen con un conocimiento profundo, sino que reciben la Regla del Temple, cuyo contenido estaba organizado en 72 preceptos, cuyo total, cuando se reduce a un solo dígito, también da 9 (7+2=9).
Pero, ¿qué simboliza el número 9?
El número 9 es un portal de cierre y trascendencia, el último de los números antes del regreso al Uno en un ciclo superior. Su simbolismo en la Cábala hebrea, el Sufismo y la Orden del Temple está impregnado de misterio, sabiduría y transformación.
En el Hermetismo
Los 9 principios herméticos, presentes en la filosofía esotérica, son:
El principio de mentalismo: Todo es mente.
El principio de correspondencia: Como es arriba, es abajo.
El principio de vibración: Todo está en constante vibración.
El principio de polaridad: Todo tiene su opuesto.
El principio de ritmo: Todo sigue un patrón cíclico.
El principio de causa y efecto: Todo tiene una causa.
El principio de género: Todo tiene un aspecto masculino y femenino.
El principio de transmutación: La energía se transforma.
El principio de unidad: Todo está interconectado.
Estos principios guían el entendimiento espiritual y cósmico, formando la base de la filosofía hermética.
En la Cábala Hebrea
El 9 está asociado con la sefirah de Yesod, el fundamento del Árbol de la Vida. Es el punto donde las energías superiores se condensan antes de manifestarse en la realidad.
Representa la finalización de un ciclo kármico, el puente entre el mundo espiritual y el físico.
En gematría, el valor de "Emet" (אמת, "Verdad") es 441, que sumado (4+4+1) da 9, vinculándolo con la verdad divina absoluta.
También se asocia con la sabiduría oculta y la iniciación, porque 9 es el resultado de multiplicar cualquier número por sí mismo y siempre volver a sí mismo (ejemplo: 9x2=18 → 1+8=9).
La letra número 9 del alfabeto hebreo es Teth (ט), que simboliza el oculto bien, la gestación y la serpiente enrollada, que contiene tanto el peligro como el potencial de iluminación. Representa la idea de un tesoro espiritual oculto en la oscuridad, esperando ser descubierto por los iniciados.
En el Sufismo
El 9 es el número de los Niveles del Alma en la tradición mística islámica, relacionados con el viaje del buscador hacia la unión con lo divino.
Simboliza la muerte del ego, ya que el 9 está al final de la secuencia numérica antes de un nuevo comienzo en 10 (1+0=1, el retorno a la unidad).
En los círculos sufíes, la Danza de los Derviches Giradores sigue un patrón de 9 giros principales, representando las etapas de purificación y elevación del espíritu.
También es el número de los Nombres Divinos más elevados en la numerología islámica.
En la Orden del Temple
El 9 es un número sagrado para los templarios. La Orden fue fundada por nueve caballeros que juraron proteger a los peregrinos en Tierra Santa.
En su estructura, el Capítulo Secreto de los Templarios estaba compuesto por nueve miembros, reflejando su simbolismo esotérico.
El número 9 también aparece en sus rituales y grados iniciáticos, representando la prueba final antes de alcanzar la iluminación.
Se relaciona con la Enéada, el conjunto de nueve principios sagrados en la tradición hermética y neoplatónica, influencias filosóficas clave en el pensamiento templario.
La Enéada, en la tradición hermética y neoplatónica, representa las nueve esferas celestes a través de las cuales el alma debe ascender para regresar a su origen divino. En el pensamiento neoplatónico de Plotino, simboliza los Para los templarios, podría haber reflejado los nueve grados iniciáticos o los nueve princnueve niveles de realidad que emergen del Uno primordial.ipios ocultos que guiaban su camino esotérico hacia la iluminación.
El número 72 (7+2=9)En el corazón de la estructura templaria, la Regla de los Templarios se configura como una carta de principios que guiaban a los caballeros en su vida diaria. La regla contenía 72 artículos, los cuales, más allá de ser una simple guía para la conducta material, encierran una conexión profunda con lo espiritual. A través de la gematría, el número 72 se reduce a 9 (7+2=9), lo que refuerza su simbolismo esotérico. Este número no es solo una referencia a la sabiduría oculta, sino a un ciclo de iniciación que cada caballero debía atravesar para alcanzar el conocimiento secreto que la Orden resguardaba. Los 72 artículos no eran meros preceptos, sino un código iniciático
El 72 en la Cábala es principalmente el número del Nombre de 72 Letras (Shem HaMephorash), que se cree contiene una poderosa energía espiritual y es una herramienta de protección y transformación.
Este nombre está asociado con sabiduría divina y la capacidad de acceder a fuerzas espirituales superiores. Los 72 ángeles vinculados a este número también tienen un papel importante en la Cábala, cada uno desempeñando un papel en el bienestar espiritual de los seres humanos.
Shem HaMephorash actúa como un medio de conexión con lo divino, y sus 72 letras contienen un conocimiento profundo que puede ser relacionado con el Grial astronómico, un símbolo de la sabiduría universal que conecta la Tierra con el Cielo.
Las esferas cabalísticas en el Árbol de la Vida son principios divinos que guían la creación. Los 72 nombres divinos del Shem HaMephorash pueden estar vinculados con estos principios, formando una red cósmica de sabiduría y protección.
La Mesa de Salomón, como símbolo de la sabiduría divina, puede verse como un recipiente que, al igual que el Grial astronómico, guarda los secretos que los cabalistas y los esoteristas buscan entender. Al igual que los 72 nombres sirven como herramientas de iniciación y conocimiento, la Mesa de Salomón es un punto de acceso a esa misma sabiduría espiritual.
En resumen, tanto el Shem HaMephorash como el Grial astronómico, las esferas cabalísticas y la Mesa de Salomón comparten el simbolismo común de ser puentes hacia la sabiduría oculta y canales para acceder a los misterios divinos, por lo que se pueden considerar como símbolos místicos que interactúan entre sí en la búsqueda de la comprensión universal.
Más información sobre Grial, las esferas y la Mesa de Salomón:
El 9 y la Espiral
La forma del 9 evoca una espiral, un símbolo de evolución, retorno y expansión.
En la Cábala, la espiral del 9 refleja el flujo de la energía a través de los sefirot, especialmente Yesod, el portal de manifestación.
En el sufismo, recuerda el giro de los derviches, que en su danza siguen trayectorias espirales para alcanzar el éxtasis divino.
Para los templarios, la espiral era un camino de iniciación: el recorrido por los misterios ocultos, siempre ascendiendo hacia la luz.
En todos estos caminos, el 9 es el umbral antes del renacimiento, el número de los iniciados, de los místicos que han recorrido el sendero hasta el final y están listos para cruzar la última puerta.
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