Símbolos templarios: Dos Jinetes sobre un córcel

 



«Caldea, India, Persia, Egipto, Grecia, los moros, se han transmitido la magia, la ciencia más alta entre las ciencias ocultas, y que lleva en sí el fruto de las veladas de cada generación. Allí estaba la sede de la grande y majestuosa Orden del Temple. Quemando a los templarios, uno de vuestros predecesores no ha quemado más que a los hombres, pero no ha quemado los secretos. La reconstrucción del Temple es la palabra de orden de una nación ignorada, de razas de intrépidos investigadores, vueltos hacia el oriente de la vida, todos hermanos, todos inseparables, todos unidos por una idea, marcados por el sello del trabajo».
Honoré de Balzac

Todo en el Temple tiene una doble lectura: una para los profanos y otra para su círculo de iniciados, la Orden del Valle. La simbología templaria es compleja, pues en ella se fusionan símbolos de Oriente y Occidente, ya que los templarios fueron un puente en la transmisión de la cadena universal de iniciados que ha existido desde el principio de los tiempos. Sabían que en todas las verdaderas religiones reveladas por Dios subyace, por debajo de lo exotérico, la Antigua Sabiduría del Fuego. De ahí que Bafomet sea el Bautismo del Fuego o de la Sabiduría. En el cristianismo, lo conocemos como el Bautismo del Espíritu Santo, que representa el lado femenino del Creador. La Filosofía del Fuego no es más que un símbolo del Amor.

La Tradición nos dice que los primeros iniciados en los Misterios fueron los atlantes, y que sus enseñanzas son el origen de la Filosofía Hermética. Desde aquel mítico continente, península o isla, que cayó bajo las aguas como castigo divino, el conocimiento se expandió por Asia, India y Egipto. En Egipto se transmitía la tradición de que los Misterios de Isis y Osiris eran un legado atlante.

Esta Ciencia Oculta Superior, preservada de boca a oído para mantener viva la chispa del Verbo, instruye sobre la Vida Futura, la Ley del Karma, la Ley de Reencarnación y los siete principios herméticos, que nos enseñan que "el Todo es Mente, y el Universo es mental". El objetivo de la Tradición es ennoblecer a la humanidad y despertar en el ser humano la realización de la divinidad del Espíritu o Fuego a través del Amor Incondicional, dentro de sí mismo. Los símbolos templarios que estudiaremos están vinculados a esta Tradición Universal. La Luz es la base secreta de los Misterios Antiguos y el fundamento de las Religiones y Fraternidades legítimas de Sabiduría. El calor del fuego es la Vida del Hombre. El Alma no podría existir sin Luz. Quien logra hallar la Luz dentro de sí mismo, halla a Dios y asegura su propia Inmortalidad.

Los templarios, como todos los iniciados, siempre que pudieron simbolizaron su aspiración y el fin de su obra: el logro de la Luz, la Sinarquía Universal y la Paz.





6. Representa el andrógino o la doble naturaleza humana, las dos almas que los egipcios llamaban el Ka y el Ba, lo terrestre y su doble espiritual. A través del puente que es el caballo, se expresa la experiencia del alma en la carnalidad de esta existencia material. Esto podría conectarse con el nefer, y quizás a través de un trabajo con el chakra laríngeo y el corazón se pueda elevar la espada mediante el desarrollo del Ka y el Ba.

Es el sello templario más conocido y aparece hacia el año 1200, bajo el mandato del Gran Maestre Gilberto Erail, aragonés que fue Maestre de España hasta 1190 y luego Preceptor de Francia. Famoso por cumplir su palabra y apostar por la paz y la negociación, pactó con Saladino, de origen kurdo y adepto al sufismo. La versión de 1259, que lleva la inscripción Sigillum Militum Xpristi, fue enviada a la abadía de Saint Victor de París y es la que todos tenemos en mente. Es uno de los símbolos templarios más profundos y ricos; por ello, no es de extrañar que, al hablar del Temple, nos venga a la mente la imagen de los dos caballeros montados en un solo caballo. Esta iconografía ya aparece en la antigua Sumeria, vinculada a la "caballería solar" y los "héroes", así como en Persia y en el sufismo.

Existe una antigua leyenda que dice que este símbolo representa la pobreza de la orden en sus inicios, cuando los hermanos debían compartir caballo. Sin embargo, esta interpretación está lejos de la realidad. Como la cebolla, este símbolo tiene muchas capas:

  1. En el contexto templario, los dos jinetes representarían al caballero y al monje, es decir, la unión de la función guerrera y la sacerdotal. La lectura gnóstica nos habla de la sombra y la luz, el bien y el mal, nosotros y nuestra sombra a vencer. También alude a lo material y lo espiritual, así como a la doble naturaleza de Cristo. Hay un cuadro de Leonardo da Vinci en el que Jesús y Juan nos dan una pista sobre el cristianismo gnóstico: María (Sofía) da a luz al Amor y al Conocimiento.

  2. Representa el encuentro entre Oriente y Occidente, el sufismo y la gnosis cristiana, la Iglesia Tradicional y el Hermetismo Tradicional.

  3. Simboliza lo visible y lo invisible, el Temple externo y el círculo interno de los Hijos del Valle o Iniciados, quienes, desde la sombra, dirigen la Orden.

  4. En la Cábala, la enseñanza boca-oído es el método tradicional de transmisión del conocimiento esotérico, donde el maestro comparte los secretos de la sabiduría con el discípulo en un acto íntimo y directo. Este método asegura que la verdad sagrada solo sea comprendida por aquellos preparados para recibirla, preservando así su pureza y evitando distorsiones. En este contexto, el caballo simboliza el vehículo de esa transmisión, la fuerza que impulsa al iniciado en su camino espiritual. En muchas tradiciones, el caballo representa la mente iluminada que, bien dirigida, lleva al caballero (el buscador) hacia el conocimiento superior. En la iconografía templaria, los dos jinetes sobre un mismo caballo aluden a la relación entre maestro y discípulo, donde el guía entrega la chispa del saber, y el iniciado, a través de su propio trabajo, la transforma en luz interiorDos jinetes en un caballo representan la polea fija (o madre del caballero iniciador) y la polea móvil (o hija del misterio), los gemelos, los hermanos, la pareja, los compañeros de armas, los constructores, el caballero y su siervo, el Perfecto y su socius… Es la pareja al estilo de Aquiles-Patroclo u Orestes-Pílades.

  5. El sello era de plomo. Los dos caballeros representarían el azufre y el mercurio alquímicos, que obtienen el caballo. La Alquimia nace en el Antiguo Egipto, y allí el caballo se llamaba nefer, lo perfecto. Nefer es un jeroglífico que representa el corazón y la tráquea; en algunas representaciones, incluso se asemeja al aparato reproductor femenino. Se le asocia con un jarrón de alabastro que contiene esencias para embalsamar al difunto. Esto lo vincula con el Grial y con ciertos chakras. En el Alto Egipto, el "Blanco Nefer" era un centro iniciático, donde encontramos lugares como Luxor, Menfis, Saqqara y Nag Hammadi.

Este simbolismo se refuerza si consideramos que los dos caballeros y el caballo suman tres, número que representa el cuerpo, el alma y el espíritu, o el principio trinitario del iniciado. También simboliza las dos espadas que blandir: la temporal y la espiritual.

LECTURAS RECOMENDADAS

  • Almazán de Gracia, Ángel, Esoterismo Templario, Sotabur S.L., Soria, 2003.

  • Desgris, Alain, Guardianes de lo Oculto: La Orden del Temple y la Caballería Masónica Templaria, Ediciones Belaqva, Barcelona.

  • Hall, Manley, Las Enseñanzas Secretas de Todos los Tiempos, Editorial Planeta, Barcelona, 2011.

  • Ríos Ferrer, Carmelo, Los Maestros del Secreto, Libros del Olivo, Madrid, 2014.

  • Steinberg Guzmán, Delia, El Ideal Secreto de los Templarios, Editorial N.A., Madrid, 2015.

  • Swinburne Clyment, R., La Antigua Sabiduría del Fuego Viviente: El Sendero de la Verdadera Iniciación, Editorial Humanitas.



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